Esta semana todos hemos intentado recuperar nuestra salud para aprovechar al máximo el tiempo con nuestros amigos que nos visitan. Las vacaciones esperadas por los niños no fueron fáciles debido a la fiebre y la tos, pero finalmente todos volvimos a sentirnos bien.

El martes, José vino a nosotros y comenzó los trabajos de renovación en el baño: pintó la bañera y el lavabo y colocó un mosaico en la pared para que la bañera pareciera un volcán. Este trabajo lleva mucho tiempo, pero es un proceso muy agradable.

El miércoles se fueron Esme y Olga, nuestras voluntarias, que aportaron mucho a nuestra comunidad. El mismo día se nos unieron Leon y Leonie, una pareja alemana de WWOOF, y al día siguiente Kasia de Polonia. Es increíble tener a tu alrededor personas tan maravillosas y comprometidas que creen en valores similares a los nuestros.

Además, decidimos reorganizar el sistema de comidas en la finca. Hasta ahora había dos comidas, que preparamos juntos en la cocina. A partir de ahora, todo el mundo prepara su propio desayuno, pero la cocina siempre está abierta para los glotones. Por otro lado, la cena de la tarde la comemos siempre juntos, lo que favorece nuestra integración. Esta es una buena decisión que garantiza cierta privacidad y nos permite organizar mejor nuestro grupo.

El viernes, Agata, Renaja y Marta encontraron un momento para ir a un café ya la playa, buscando también una licuadora para nuestra cocina industrial. Los voluntarios comenzaron a explorar nuestros alrededores, visitando la zona recreativa de Santa Cristina, una ruta de senderismo cercana y el mirador de la Montaña Alta.

También nos visitó Sonia, que es instructora de acroyoga. Sonia aceptó hacer un taller sobre esta disciplina en nuestro próximo evento, que tendrá lugar el 18 de febrero.

Una grata sorpresa fue la visita de nuestros vecinos de Alemania, a los que habíamos visto hace un año y medio, cuando estábamos plantando los primeros árboles... Se quedaron asombrados de los cambios en nuestra finca.

El viernes fuimos visitados por un OVNI. Eso es lo que supusimos, porque había marcas circulares en el campo, típicas de los visitantes de otros planetas. Sin embargo, resultó que fue Sławek, nuestro jardinero, quien hizo un pequeño prado con flores y hierbas entre las camas. El trabajo del jardín ha avanzado esta semana, por lo que definitivamente podemos hablar sobre las habilidades sobrenaturales de Sławek.

El sábado se llevó a cabo nuestro tan esperado Picnic con la Madre Tierra. Todos los participantes llegaron a tiempo para la clase de yoga Siauying. Luego hubo un paseo por la finca y la maravillosa presentación de Laura sobre la importancia de la regeneración del suelo combinada con una breve meditación. Como siempre, comimos muy rico: sopa de coliflor y crema de limón, colorido brócoli en salsa de remolacha con papas al horno y ensalada de repollo. Al final, hubo una ceremonia por la Madre Tierra y por el agua, a la que asistieron todos, a pesar del frío. Esta ceremonia, inspirada en elementos de rituales practicados por representantes de tribus aborígenes, resultó ser una experiencia mágica. Agradecimos al agua, dijimos nuestras intenciones para nosotros y para el mundo, convocamos a los elementos y cantamos hermosas canciones... Sin duda, fue una experiencia extraordinaria para todos.

Además, el sábado vino Rafał, quien también hizo algo mágico: reparó nuestro cableado de Internet en casa. También llegó con Grażynka, quien tomó muchas fotos hermosas que adjuntamos a esta publicación. ¡Muchas gracias!

El 18 de febrero os invitamos a nuestro Picnic con Amor y Conexión. Pasa un día en nuestra finca y disfruta de nuestras actividades: iniciación al acroyoga, velada musical, introducción al tantra y comida vegana. Todos los detalles: https://ecori.co/products/picnic-con-amor